PSICOLOGÍA DEL CONSUMO...

Muy buenas tardes tengan todos ustedes mis queridos lectores, estamos apenas sintiendo que ya empezó el mundial y creo que todos estamos con un mal sabor de boca, pues si bien el futbol ha evolucionado y cada vez es más parejo el nivel, la verdad es que los partidos son malísimos, muy tácticos sí, pero muy malos también. Los que saben de futbol dicen que se ve más futbol, pero todos los demás pendejos ignorantes que no sabemos, preferimos aquellos tiempos de partidos emocionantes, con muchos goles y no putos partidos o equipos que salen a encerrarse a buscar el contragolpe (matando el espectáculo de paso) ¡Y hasta ganan! Incre-fucking-ible.

Creo que la frase es “GANA LA TÁCTICA PERO PIERDE EL FUTBOL” recordemos que el futbol es un circo, un espectáculo con cabrones que ganan muchos millones de pesos por jugar (que no se merecen), con televisoras que pagan (y cobran) muchos millones de pesos por transmitirlos, con estadios que ganan mucha lana por entrada, como para ver esos pinches espectáculos mediocres, pero eso si ¡Ah que tácticos son! No mamen.

Mañana juega México contra la selección de Francia, mi pronóstico es que pierde México y prácticamente nos despedimos del mundial, lo cual es buenísimo porque así se nos quitan las preocupaciones y podremos disfrutar de partidos jugados por naciones que nos importan 3 madres ¿O no?

El día de hoy he decidido hablar de la PSICOLOGÍA DEL CONSUMO, tratar de analizar de donde vienen los impulsos por gastar en TANTA pendejada que no sirve para una chingada, pero que nos vemos "cool" con ellas; yo en lo personal creo que es más un rollo de "show off" o "pedereo" más que la necesidad real; somos grandes esclavos del “qué dirán” y este AMARGUE lo quisiera relatar con una historia que trata de mi llegando al súper…

OJO, esta no es una clase de marketing, hablo como un consumidor promedio, como un Amargado que vive en este mundo y que tiene necesidades como cualquiera, muchas de las cuales satisfago cada semana en el súper.

¡Comenzamos!

Justo el día que llego a mi casa con hambre y antojo de una sincronizada con salsita verde y aguacate (mmm) es el día que me encuentro con la noticia de que no hay ni madres en el puto refrigerador y OBVIO el antojo (mi alter-ego) me ordena que vayamos al súper a comprar eso que tanto se me antoja.

Obviamente de entrada es una hueva impresionante, pero ya viéndote proactivo en el trayecto te convences de aprovechar y de una vez “hacer el súper” PRIMER gran error, pues ya desde ahí estás yendo mal preparado al súper ¡Es como ir a una junta sin minuta o guía de tópicos! Es decir, no llevas una lista de súper y peor aún, no tienes la mas puta idea de qué necesitas realmente, así que ya de entrada tienes un porcentaje muy alto de comprar a lo pendejo.

El SEGUNDO gran error es ir al súper con hambre, pues todo se te antoja y gastas de más.

Así que te dispones a ir al súper (si eres casado quizás por EGO no preguntas a tu mujer pa’ que no empiece a chingar con la cantaleta de “es que no es posible que no sepas que hay y que no hay en tu casa…” o simplemente lo haces sorpresa, para que llegues con las manos llenas a tu casa y esa noche cene pancho, jajaja).

Estás en el súper y pasas 25 minutos esperando un lugar de estacionamiento en la puerta, pues ¿Cómo va a caminar Don Huevón? Prefieres perder el tiempo esperando que alguien estacionado casi en la puerta salga, para evitar la fatiga (como diría Jaimito el cartero).

Te bajas (del coche, aún no cena Pancho), agarras carrito, entras al súper y bateas al changuito que está en la entrada repartiéndote un “periodiquito” con las ofertas del día, TERCER gran error ¿Por qué no aprovechar las ofertas que muchas marcas te ofrecen en beneficio tuyo (y de ellos)? Se me hace tonto, pues quizás muchas de las cosas que necesites están ahí, quizás de otra marca, pero a mejor precio.

Pero aquí viene una GRAN contradicción y es el PRIMER gran acierto, pues al “batear” el “periodiquito” te quitas de MUCHAS tentaciones, es un artículo que te pone el súper y le habla a tu inconsciente “mira todo esto… lo necesitas… está barato… y a doce meses…” así que hiciste bien en batear al idiota ese y su estúpido "periodiquito".

Empiezo por las frutas y verduras, compro (no sé porque) siempre de más; al grado que acabo tirando mucha de la fruta que compro, pero quizás lo hago pa´que cuando vaya alguien a mi casa, sienta que entra a un pinche SPA y se impresione de la cantidad de fruta que me aviento (como si no se me notara en el cuerpo que trago carnitas) OBVIO no me trago una sola pinche fruta, jajaja.

De ahí me voy zigzagueando pasillo por pasillo viendo a ver qué chingados me brinca y se me antoja, y como traigo un chingo de hambre las probabilidades de que se me antoje todo son muy altas, así que vas agarrando cosas a lo pendejo, por ejemplo:

• Alcaparras.

• Azafrán.

• Ablandador de carnes (siempre tengo uno y NUNCA lo he usado) es más ni cocino.

• Canela.

• Vainilla.

• Papel aluminio.

• Zip Locks (eso es pal huevón)

• Popotes (por si algún día alguien me pide uno, y no tener que decirle, ¡no tengo!)

En el súper de repente te dan momentos light, entonces empiezas a experimentar con cualquier cantidad de productos bajos en madre y media (claro, sin tirar las delicias engordadoras) y eso te hace gastar mucho más.

Así que ya llevas cualquier cantidad de pendejadas, muchas de las cuales acabarás tirando y otras acabaran en tus lonjas, cachetes, nalgas, piernas… pero no nos damos cuenta, es padrísimo el ir paseando por el súper con tu carrito atiborrado viendo a todos los demás con cara de “inches jodidos que llevan 6 cosas” jajaja.

Después de la tragadera no puede faltar que te pares por los artículos de limpieza de casa y agarres un sin número de líquidos que sin usarlos te hacen sentir el hombre más limpio de la cuadra. Todo lo compras 3 veces, pues te compras el desinfectante en líquido, en spray y en toallitas, jajaja.

Lo mismo en los pasillos de limpieza personal, pues jabones de todo tipo, cepillo de dientes, enjuagues chiquitos pa cuando viajes, grandes pal diario y uno pal coche (nunca sabes cuando se pueda ofrecer) además de alguno nuevo que te ayude a blanquearte los dientes, eso sin olvidar la palita que te limpia la lengua y el hilo dental jajaja.

La peor parte es cuando ya vas de regreso y empiezas a pasar por los “gadgets” uta madre, empiezas a necesitar TODO y te encuentras en tu carrito cosas como:

• Una cuchara servidora de helado.

• Un servilletero.

• Unas mancuernas para hacer ejercicio.

• Una faja para sudar (cuando en tu puta vida haces ejercicio)

• Tuppers.

• Mantelitos individuales.

• Vasos y platos de súper héroes.

• Velas, una cortina de baño y un cojín.

• Un porta litros de leche Tetrapack.

Y así una enorme cantidad de pendejadas que no sirven de nada pero que te hacen ser el gadgetero de los cuates y sobre todo, te hace merecedor de apodos como: “Don práctico” ó "Inspector Gadget".

Ya en la caja no puede faltar la “literatura de escusado” como el TVyNovelas, Hola, Caras o esas revistas banales que te ayudan a no pensar y a ver chichis jajaja. Y de pasito pos unos chocolatitos y papas pa ver la tele al llegar mientras te chingas tus sincronizadas o ya de plano con harta hambre abres el jamón y las tortillas y te chingas un taquito que ya para esa hora te sabe a gloria.

Total que el súper te cuesta 1,500 pesos a la semana y todavía cuando la cajera te da la cantidad te sorprendes al ver “el pergamino” (o sea el ticket) y ese es el momento frío, en donde te duele hasta el culo de lo que te vas a gastar y en donde te das cuenta de la gran cantidad de pendejadas que llevaste, sin contar TODO lo que fuiste dejando encima de los dulces porque lo consideraste pura pendejada  y te diste cuenta que en vez de antigrasas en 3 presentaciones, con un trapito y cloro realmente ya chingaste jajaja.

Señores, los invito a planear su súper y no soy Oprah ni Martha Stewart, pero si sé que en cuanto empieces a comprar lo que realmente necesitas, gastarás mucho menos lana y comerás más sano.

Una MUY buena terapia es ir al súper, agarrar TODO lo que se te antoje sin miramientos y ya en la caja, dejas el carrito y te sales del súper, se oye pendejo, pero el momento de ir, agarrar y pasearte lleno, psicológicamente ayuda a tu alter-ego de antojos a esfumarse y no gastaste UN VARO.

¡HE DICHO!

P.D. Esta filosofía no aplica cuando hay peda en casa de alguien ni en un sex shop.